Las siglas SUV “Sport Utility Vehicle” hacen referencia a vehículos todocamino de gran dinamismo y versatilidad que ofrecen la posibilidad de moverse con total comodidad tanto en un entorno urbano, como por carretera. Además permiten afrontar situaciones más complicadas fuera del asfalto. A grandes rasgos, se definen como SUV aquellos vehículos familiares y con un chasis elevado.
Ante el emergente éxito del mercado y la pluralidad de opciones, es bueno tener en cuenta ciertos aspectos antes de la compra de uno. La gran variedad puede producir cierta confusión a la hora de comprar un SUV y para no equivocarnos al elegir, es necesario tener en cuenta algunos puntos básicos.
Es por ello que aquí te presentamos 5 claves que debes tener en cuenta antes de tu nueva adquisición.
Proyectar la compra de un SUV (o de un vehículo en general) no es una decisión que se pueda tomar a la ligera, sino todo lo contrario, precisa de una buena reflexión previa. Por eso es sumamente importante tener en cuenta, además del costo estimativo pensado, saber para qué se quiere ese tipo de vehículo en particular.
Realizarse preguntas como: ¿por qué y para qué quieres un SUV? ¿se quiere para viajar, ir al trabajo, movilizarse por la ciudad? ¿qué necesitas de él?, posibilitan generar una expectativa clara de las pretensiones hacia una compra específica.
La oferta de SUV abarca propuestas de cualquier tamaño, desde modelos urbanos de 4 metros pensados para una movilidad más ágil en ciudad, a modelos familiares de más de cinco metros con una mayor capacidad de carga para largos viajes. Por ello es necesario pensar qué uso general tendrá el vehículo y elegir en función de las necesidades a cubrir.
Siguiendo con el concepto del tamaño, nos centramos ahora en el espacio que nos pueda ofrecer el habitáculo interior. Una de las claves, es decidir si optar por cinco plazas o versiones dotadas de siete plazas, es decir, con dos más añadidas en el piso del maletero.
Sus beneficios: pensar en siete plazas permite proyectar más aprovechamiento del espacio si de movilidad de personas hablamos.
Los SUV varían ampliamente en función de la forma de su carrocería. Dependiendo de las medidas del paragolpes delantero y trasero, los refuerzos o la altura con respecto al suelo, el vehículo nos permitirá hacer frente de una manera u otra a la conducción 'off-road'. De hecho, este detalle ha provocado que muchas marcas apliquen a un mismo modelo diferentes versiones en este sentido.
Como ya hemos comentado con anterioridad, prácticamente la totalidad de marcas del mercado automotriz cuentan entre su gama de vehículos con algún modelo incluido en el segmento SUV. Ahora bien, la elección debería depender de ciertos parámetros que permitan asegurar calidad y confianza acerca del vehículo que hay en mente.
Por ello, conocer e investigar más sobre la marca, ver qué otros modelos SUV ofrece y estudiar sobre su trayectoria no son datos menores que puedes tener en cuenta para una compra verdaderamente efectiva. Comparar trayectoria y precio es una buena manera de llegar a buen puerto.
La opción habitual es disponer de tracción al eje delantero y no al trasero. Así las ruedas directrices son las encargadas de tirar del vehículo y dirigirlo en el sentido que se muestra con el volante.
La tracción total tiene su lógica en determinadas situaciones. Al enviar fuerza a cada una de sus ruedas va a ser más fácil controlar el vehículo, o evitar pérdidas de agarre en determinadas situaciones como carreteras con nieve, hielo o mucha presencia de agua.
Es preferible optar por un tracción delantera, salvo en casos excepcionales como vivir en una zona con muchas heladas o lluvias, un estado lamentable de las carreteras o tirar con frecuencia de un remolque pesado.
Por lo tanto, dependerá qué utilidad le dará a su SUV para poder pensar qué decisión tomar en esta instancia.